Los principales problemas de voz que sufren los niños, están derivados de algún tipo de exceso o esfuerzo en el uso de la voz, como hablar más alto de lo normal, forzar la garganta, cantar alto, gritar, toser en exceso, … Por ello, un niño puede tener disfonía, es decir, que se puede quedar sin voz. Además, las principales disfonías en los pequeños son de tipo funcional.
Para cuidar la voz de los niños es recomendable que no hagan ningún sobreesfuerzo, es decir, que no griten más de la cuenta, que no imiten sonidos muy graves o muy agudos, etc. Hay que tener en cuenta que si un niño habla muy alto, puede tener problemas de audición. En ocasiones, un niño grita para que se le escuche, ya que no se le deja meter baza en las conversaciones de los adultos; por ello, hay que respetarle y dejarle hablar.
Del mismo modo, hay que saber que los niños tienden a imitar a los mayores, y a repetir los actos que ven. No hables alto, no fumes y enséñale a hablar correctamente, a pronunciar bien todas las palabras, a respirar mientras está hablando para que no tenga que forzar en exceso la garganta. Las bebidas y los alimentos fríos, como los helados, pueden dañar la garganta, y en consecuencia, la voz; explícales que deben derretir el helado en la boca antes de tragarlo muy frío.
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