¿Qué se entiende por higiene vocal? Entenderemos por higiene vocal todos aquellos procedimientos dirigidos a permitir el autocuidado de la voz, especialmente en aquellas personas que hacen un uso profesional de la misma. Para llevar a cabo una adecuada higiene vocal es necesario tener en cuenta una serie de precauciones para evitar la irritación y desgaste inútil de las cuerdas vocales, aún en situaciones en que no se haga uso de la voz. Distintas situaciones de mal cuidado de la voz Una de las situaciones más características que merecen una adecuada higiene vocal la constituye la hiperfunción vocal o laríngea (gritar, hablar a alta intensidades, etc.). La hiperfunción laríngea asociada a un abuso o mal uso vocal da por resultado típico alteraciones patológicas laríngeas (por ej.: laringitis crónicas, nódulos y pólipos vocales y úlceras de contacto), generalmente de tipo reversibles, cuando cesa la hiperfunción laríngea. El mal uso de la voz, sugiere una conducta de producción vocal que distorsiona la propensión normal del mecanismo fonatorio para trabajar efectiva y eficientemente. Eficiencia fonatoria Un sistema eficiente, produce sus mejores resultados con un mínimo de esfuerzo. Así, un sistema fonatorio con componentes individuales sanos, coordinado e interactuando con todos los sistemas de apoyo, produce la voz en forma eficiente. Existe un número de formas en las cuales la suave operación de la voz puede ser alterada. La intervención en voz debe, pues, incorporar programas que ayuden al paciente a identificar y eliminar estas actividades vocales, caracterizadas por la hiperfunción laríngea. Por lo tanto, se hace necesario abordar en las personas con hiperfunción vocal, procedimientos destinados a desarrollar el autocuidado vocal, es decir, a favorecer la higiene vocal. Malos hábitos Otra de las situaciones características que desfavorecen la higiene vocal, la constituyen algunos hábitos de ingesta de productos irritantes y secantes de la mucosa laríngea, tales como los condimentos, las bebidas alcohólicas, alimentos muy calientes o muy fríos, el hábito de fumar, cambios bruscos de temperatura, gritar al aire libre, ingesta de alimentos que promuevan la constipación entre otros. Por otra parte, es recomendable observar las situaciones de agotamiento nervioso, la falta de sueño, el descontrol emotivo, la vida agitada, el stress, puesto que todas estas situaciones pueden redundar finalmente en malos hábitos vocales, un mal cuidado vocal y, por lo tanto, una inadecuada higiene vocal. Un requisito vital, tanto para una buena medida preventiva como para una adecuada rehabilitación vocal en pacientes afectados de abuso o mal uso vocal, es un programa de higiene vocal. El primer objetivo de este programa es ante todo, identificar y luego eliminar los factores causantes del abuso o mal uso vocal. MEDIDAS DE HIGIENE VOCAL Hábitos de higiene vocal - Limitar la cantidad de tiempo de habla. Hable lo justo y necesario, sobre todo si siente que su voz se cansa con facilidad. |
miércoles, 19 de mayo de 2010
CUIDAR MI VOZ
PRODUCCION DE LA VOZ
La voz es un sonido que, producido por la laringe y amplificado por las estructuras de resonancia, nos permite la comunicación oral y alcanza en el canto su máxima expresión y belleza.
El proceso de la voz se inicia con la voluntad. En principio aparece el deseo de emitir un sonido, y éste desencadena en el sistema nervioso central un gran número de órdenes que pondrán en funcionamiento todos los elementos que producen la voz: mecanismos de la respiración, de la fonación, de la articulación, de la resonancia, de la expresión, etc.
Cuando queremos emitir un sonido, ya sea para hablar o cantar, las cuerdas vocales se cierran. En esta situación el aire espirado no encuentra vía libre para salir y se crea una presión; cuando ésta alcanza un grado determinado, vence la resistencia que ofrecían las cuerdas vocales y al pasar a través del espacio que éstas le dejan las hace vibrar, produciendo un leve sonido que será más grave o más agudo según el grado de tensión a que sean sometidas (entre otras condiciones). El sonido resultante se amplificará y se modificará al pasar por las cavidades de resonancia. Estas cavidades son espacios vacíos de la vía respiratoria (Laringe, faringe, boca y fosas nasales). (Tulón, 2005)
A continuación se detallan las estructuras y el funcionalamiento de los diferentes niveles que intervienen en la producción de la voz.
La física ha establecido que para que exista sonido se requieren tres elementos:
1. Un cuerpo que vibre.
2. Un medio elástico que vibre (las ondas sonoras son mecánicas que se propagan por la expansión y compresión del propio medio).
3. Una caja de resonancia que amplifique esas vibraciones, permitiendo que sean percibidas por el oído.
La voz humana cumple con las tres condiciones señaladas:
1. El cuerpo elástico que vibra son las cuerdas vocales.
2. El medio elástico es el aire.
3. La caja de resonancia está formada por parte de la laringe y faringe, por la boca y por la cavidad nasal. La producción de la voz se realiza a partir de diferentes procesos, estos procesos son denominados niveles de producción de la voz.
Respiración: En primera instancia está la respiración que es el motor del proceso fonador. En ella actúan estructuras infraglóticas (pulmones, bronquios y tráquea), estructuras glóticas (cavidad nasal, bucal y faringe). La respiración es una de las funciones principales de los organismos vivos ya que gracias a esta se intercambia oxigeno por dióxido de carbono, este intercambio se realiza específicamente a nivel de los alvéolos.
PROBLEMAS SDE LA VOZ
Los principales problemas de voz que sufren los niños, están derivados de algún tipo de exceso o esfuerzo en el uso de la voz, como hablar más alto de lo normal, forzar la garganta, cantar alto, gritar, toser en exceso, … Por ello, un niño puede tener disfonía, es decir, que se puede quedar sin voz. Además, las principales disfonías en los pequeños son de tipo funcional.
Para cuidar la voz de los niños es recomendable que no hagan ningún sobreesfuerzo, es decir, que no griten más de la cuenta, que no imiten sonidos muy graves o muy agudos, etc. Hay que tener en cuenta que si un niño habla muy alto, puede tener problemas de audición. En ocasiones, un niño grita para que se le escuche, ya que no se le deja meter baza en las conversaciones de los adultos; por ello, hay que respetarle y dejarle hablar.
Del mismo modo, hay que saber que los niños tienden a imitar a los mayores, y a repetir los actos que ven. No hables alto, no fumes y enséñale a hablar correctamente, a pronunciar bien todas las palabras, a respirar mientras está hablando para que no tenga que forzar en exceso la garganta. Las bebidas y los alimentos fríos, como los helados, pueden dañar la garganta, y en consecuencia, la voz; explícales que deben derretir el helado en la boca antes de tragarlo muy frío.
TRASTORNOS EN NIÑOS
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Disfonías en niños Durante los primeros años de vida, los órganos que participan en la producción de la voz, el habla y la organización del lenguaje oral, alcanzan su madurez funcional. Hacia los 5 años el niño alcanza desde el punto de vista biológico la madurez suficiente como para expresarse con un lenguaje rico, organizado y correctamente articulado. En este proceso juega un papel fundamental la interacción del niño con su entorno familiar y con otros entornos educativos formales. En este proceso evolutivo desde la primera infancia hasta la adolescencia, el niño utiliza su voz de muchas maneras diferentes: habla, canta, grita, la utiliza como forma expresiva en diferentes situaciones deportivas, lúdicas, recreativas, donde suelen superar en extensión e intensidad a la voz habitual. El ámbito escolar es el marco donde pueden articularse estas y otras muchas actividades propicias para la interacción social. Hacia la pubertad, se produce un cambio importante con la entrada en la adolescencia. Desde el punto de vista de la voz, ocurre el cambio o “muda” vocal que en el niño se realiza de manera más contundente que en la niña. Los trastornos de la voz en los niños no son detectados con frecuencia en el ámbito familiar puesto que el niño se comunica de manera eficaz y los síntomas no son de la importancia necesaria para consultar a un profesional. El aumento de experiencias sociales y vitales puede contribuir a incrementar o a que aparezca algún trastorno vocal. Las características de la voz pueden encontrarse alteradas cuando existe un trastorno. Así por ejemplo, podríamos identificar a un niño que tiene una voz excesivamente grave para su edad, o contrariamente, a un adolescente que habla en un registro vocal demasiado agudo, con una voz de características infantiles. Cuando existe una DISFONÍA alguna o varias de las características acústicas de la voz están afectadas: la altura, el timbre o calidad vocal y/o su intensidad. Además puede haber alteraciones en la postura, la actividad respiratoria o el uso de los órganos que participan en el habla. Así podemos apreciar auditivamente si una voz es: grave, ronca, aguda, chillona,... Los trastornos de la voz son estudiados y diagnósticados por el otorrinolaringólogo y tratados si es preciso por el logopeda. DIAGNÓSTICO MÉDICO - ORIENTACIÓN Y TRATAMIENTO - POSIBLE DERIVACIÓN HACIA REHABILITACIÓN DE LA VOZ. Los trastornos de la voz son el resultado de múltiples factores. En el caso de los niños no deben valorarse solamente las cuerdas vocales sino su entorno socio-comunicativo, su personalidad, su comportamiento, sus emociones, otros trastornos otorrinolaringológicos que puedan predisponer o desencadenar la disfonía, alteraciones posturales o respiratorias, ...etc. Las disfonías infantiles afectan aproximadamente a un 6-9% de los niños en edad escolar siendo la edad donde se registra el mayor número de casos entre los 6 y los 10 años. Es importante saber para detectar posibles problemas que la voz en estos niños se oye “ronca” y con más o menos pérdida de aire al hablar. Es muy común decir que “no suena bien” porque suena apagada, sorda, sin brillo, oscura,...etc, y la expresión es monótona. Cuando observamos este tipo de alteraciones es necesario que el otorrino realice una exploración completa y si el caso lo requiere se aconsejará rehabilitación logopédica que implicará además estrategias que se pondrán en marcha en el contexto familiar y escolar. | ||||
SISTEMA AUDITIVO CENTRAL
El sistema auditivo central está formado por los nervios acústicos y los sectores de nuestro cerebro dedicados a la audición. Se trata también de la parte de nuestro sistema auditivo de la que menos se conoce. Esto es consecuencia de nuestro escaso conocimiento del cerebro y su funcionamiento en general. A menudo ignorado, el sistema auditivo central es fundamental en nuestra audición, ya que es allí donde se procesa la información recibida y se le asignan significados a los sonidos percibidos, ya sea que pertenezcan a la música, al habla u otros. El nervio auditivo contendría alrededor de 30.000 neuronas y su función principal es la de transmitir los impulsos eléctricos al cerebro para su procesamiento. Pero también parecen existir otras vías que conducen impulsos desde el cerebro hasta la cóclea. No se sabe mucho de estas neuronas descendentes, pero aparentemente servirían para ayudar a una especie de ajuste de sintonía fina en la selectividad de frecuencia de las células ciliares e incrementar las diferencias de tiempo, amplitud y frecuencia entre ambos oídos.
El cerebro es un órgano electroquímico y su conformación actual en el ser humano es el resultado de transformaciones sufridas a lo largo de millones de años de evolución. No obstante, es una de las partes del cuerpo humano sobre las cuales más se ignora. En el cerebro hay miles de millones de neuronas, que son esencialmente similares a todas las demás células, pero que tienen la particularidad de recibir y transmitir impulsos eléctricos. Cada neurona está comunicada con decenas de miles de otras neuronas, conformando todas ellas una red (redes neurales) de intercomunicación sumamente complicada. Mientras que ya cuando nacemos poseemos la totalidad de las neuronas, las conexiones entre ellas son el producto de procesos de aprendizajes. Esta capacidad de cooperar (trabajar en redes) de millones de pequeñas unidades de procesamiento serían la causa de la alta eficacia y la potencia en el funcionamiento de nuestro cerebro. A partir de la deformación de las células ciliares en el órgano de Corti y a través de los nervios acústicos, el cerebro recibe patrones que contienen la información característica de cada sonido y los compara con otros almacenados en la memoria (la experiencia pasada) a efectos de identificarlos. Aparentemente, si el patrón recibido difiere de los patrones almacenados, el cerebro intentaría igualmente adaptarlo a alguno de los conocidos, al que más se le parezca. Esto es notable por ejemplo en la percepción de series armónicas. Si recibimos un número determinado de frecuencias aisladas, nuestro cerebro intentará relacionarlas, identificándolas como parte de una serie armónica (aún cuando no lo sean), generando incluso la percepción de la altura determinada por su frecuencia fundamental, aunque ésta no esté físicamente presente y aunque la membrana basilar no esté oscilando en el punto correspondiente a dicha frecuencia. La memoria es una de las funciones más importantes de nuestro cerebro. Cada hecho a ser almacenado en la memoria es separado en partes y se guarda de manera asociativa (modelos asociativos) en diferentes conjuntos de neuronas interconectadas entre sí, de manera que su ubicación física está distribuida a lo largo de diversas partes de nuestro cerebro. Si el patrón recibido no existe y no es posible encontrar alguno que se le parezca, el cerebro tendrá la opción de desecharlo o de almacenarlo (funciones de las memorias de corto, mediano y largo plazo) convirtiéndolo en un nuevo patrón de comparación. Aparentemente existirían en el cerebro al menos tres niveles diferenciados de procesamiento de los datos que transmiten los nervios acústicos. En un primer nivel el cerebro identificaría el lugar de procedencia del sonido (asociación de lugar, localización). En un segundo nivel el cerebro identificaría el sonido propiamente dicho, es decir, sus características tímbricas. Recién en un nivel posterior se determinarían las propiedades temporales de los sonidos, es decir su valor funcional a partir de su ubicación en el tiempo y su relación con otros sonidos que lo preceden y lo suceden, hecho de particular importancia en sistemas acústicos de comunicación como el habla (la lengua hablada) o la música.
El cerebro está dividido en los hemisferios derecho e izquierdo. Por alguna razón no totalmente aclarada los nervios se cruzan en la médula espinal de manera que cada hemisferio del cerebro controla esencialmente el lado opuesto del cuerpo. Cada hemisferio se especializa en la realización de funciones determinadas. Todo parecería indicar que en el hemisferio izquierdo se localizan los centros que controlan el lenguaje y las funciones lógicas, mientras que en el derecho se concentran aquellas funciones no verbales, las actividades artísticas y las funciones emotivas. De igual manera cada uno de los hemisferios cumple funciones diferenciadas en el procesamiento de los sonidos recibidos. El cerebro es capaz de distinguir las características estructurales de los sonidos y, básicamente, el predominio de uno u otro hemisferio depende precisamente de la estructura de dicho sonido. En el caso de la música el procesamiento se llevaría a cabo en el hemisferio derecho. Sin embargo, hay quienes afirman que esto sólo sería cierto en el caso de los individuos que no son músicos. Las personas con formación y entrenamiento musical, al tener la capacidad de acceder al fenómeno musical desde un punto de vista más analítico, procesarían esta información en el hemisferio izquierdo, que es el que se especializa en las funciones del razonamiento lógico. Por otra parte, experimentos realizados han mostrado que la especialización de uno u otro hemisferio cerebral en determinadas funciones, como por ejemplo la percepción, procesamiento y asignación de significados a sonidos específicos, guardaría una relación directa con la lengua materna de cada individuo. |
SISTEMA AUDITIVO PERIFERICO
El sistema auditivo periférico (el oído) está compuesto por el oído externo, el oído medio y el oído interno. Sistema auditivo periférico
El oído externo está compuesto por el pabellón, que concentra las ondas sonoras en el conducto, y el conducto auditivo externo que desemboca en el tímpano. La ubicación lateral de los pabellones derecho e izquierdo en el ser humano ha hecho casi innecesaria la capacidad de movimiento de los mismos, a diferencia de lo que sucede en muchos otros animales que tienen una amplia capacidad de movimiento de los pabellones, pudiendo enfocarlos en la dirección de proveniencia del sonido. De esta manera se contribuye a la función del pabellón, que es la de concentrar las ondas sonoras en el conducto auditivo externo. La no linealidad de las funciones de transferencia del oído comienzan ya en el pabellón, ya que por sus características éste tiene una frecuencia de resonancia entre los 4.500 Hz y los 5.000 Hz. El canal auditivo externo tiene unos 2,7 cm de longitud y un diámetro promedio de 0,7 cm. Al comportarse como un tubo cerrado en el que oscila una columna de aire, la frecuencia de resonancia del canal es de alrededor de los 3.200 Hz.
El oído medio está lleno de aire y está compuesto por el tímpano (que separa el oído externo del oído medio), los osículos (martillo, yunque y estribo, una cadena ósea denominada así a partir de sus formas) y la trompa de Eustaquio. El tímpano es una membrana que es puesta en movimiento por la onda (las variaciones de presión del aire) que la alcanza. Sólo una parte de la onda que llega al tímpano es absorbida, la otra es reflejada. Se llama impedancia acústica a esa tendencia del sistema auditivo a oponerse al pasaje del sonido. Su magnitud depende de la masa y elasticidad del tímpano y de los osículos y la resistencia friccional que ofrecen. La parte central del tímpano oscila como un cono asimétrico, al menos para frecuencias inferiores a los 2.400 Hz. Para frecuencias superiores a la indicada las vibraciones del tímpano ya no son tan simples, por lo que la transmisión al martillo es menos efectiva. Los osículos (martillo, yunque y estribo) tienen como función transmitir el movimiento del tímpano al oído interno a través de la membrana conocida como ventana oval. Dado que el oído interno está lleno de material linfático, mientras que el oído medio está lleno de aire, debe resolverse un desajuste de impedancias que se produce siempre que una onda pasa de un medio gaseoso a uno líquido. En el pasaje del aire al agua en general sólo el 0,1% de la energía de la onda penetra en el agua, mientras que el 99,9% de la misma es reflejada. En el caso del oído ello significaría una pérdida de transmisión de unos 30 dB. El oído interno resuelve este desajuste de impedancias por dos vías complementarias. En primer lugar la disminución de la superficie en la que se concentra el movimiento. El tímpano tiene un área promedio de 69 mm^2, pero el área vibrante efectiva es de unos 43 mm^2. El pie del estribo, que empuja la ventana oval poniendo en movimiento el material linfático contenido en el oído interno, tiene un área de 3,2 mm^2. La presión (fuerza por unidad de superficie) se incrementa en consecuencia en unas 13,5 veces. Por otra parte el martillo y el yunque funcionan como un mecanismo de palanca y la relación entre ambos brazos de la palanca es de 1,31 : 1. La ganancia mecánica de este mecanismo de palanca es entonces de 1,3, lo que hace que el incremento total de la presión sea de unas 17,4 veces. El valor definitivo va a depender del área real de vibración del tímpano. Además, los valores pueden ser superiores para frecuencias entre los 2.000 Hz y los 5.000 Hz, debido a la resonancia del canal auditivo externo y a las frecuencias de resonancia características de los conos asimétricos, como lo es el tímpano. En general entre el oído externo y el tímpano se produce una amplificación de entre 5 dB y 10 dB en las frecuencias comprendidas entre los 2.000 Hz y los 5.000 Hz, lo que contribuye de manera fundamental para la zona de frecuencias a la que nuestro sistema auditivo es más sensible. Los músculos en el oído medio (el tensor del tímpano y el stapedius) pueden influir sobre la transmisión del sonido entre el oído medio y el interno. Como su nombre lo indica, el tensor del tímpano tensa la membrana timpánica aumentando su rigidez, produciendo en consecuencia una mayor resistencia a la oscilación al ser alcanzada por las variaciones de presión del aire. El stapedius separa el estribo de la ventana oval, reduciendo la eficacia en la transmisión del movimiento. En general responde como reflejo, en lo que se conoce como reflejo acústico. Ambos cumplen una función primordial de protección, especialmente frente a sonidos de gran intensidad. Lamentablemente la acción de esos músculos no es instantánea de manera que no protegen a nuestro sistema auditivo ante sonidos repentinos de muy alta intensidad, como pueden ser los estallidos o impulsos. Por otra parte, se fatigan muy rápidamente de manera que pierden eficiencia cuando nos encontramos expuestos por largo rato a sonidos de alta intensidad. La acción de estos músculos tienen el efecto de un filtro, por cuanto se ofrece una mayor resistencia a la transmisión de frecuencias menores (más graves), favoreciendo por consiguiente las frecuencias mayores (más agudas), que suelen ser portadoras de un mayor contenido de información útil para el ser humano, tanto en el habla como en situaciones de la vida cotidiana. También el aire que llena el oído medio es puesto en movimiento por la vibración del tímpano, de manera que las ondas llegan también al oído interno a través de otra membrana, la ventana redonda. No obstante la acción del aire sobre la ventana redonda es mínima en la transmisión de las ondas con respecto a la del estribo sobre la ventana oval. De hecho, ambas ventanas suelen moverse en sentidos opuestos, funcionando la ventana redonda como una suerte de amortiguadora de las ondas producidas dentro del oído interno. La trompa de Eustaquio comunica con la parte superior de la faringe y por su intermedio con el aire exterior. Una de sus funciones es mantener un equilibrio de presión a ambos lados del tímpano.
Si en el oído externo se canaliza la energía acústica y en el oído medio se la transforma en energía mecánica transmitiéndola -y amplificándola- hasta el oído interno, es en éste en donde se realiza la definitiva transformación en impulsos eléctricos. El laberinto óseo es una cavidad en el hueso temporal que contiene el vestíbulo, los canales semicirculares y la cóclea (o caracol). Dentro del laberinto óseo se encuentra el laberinto membranoso, compuesto por el sáculo y el utrículo (dentro del vestíbulo), los ductos semicirculares y el ducto coclear. Este último es el único que cumple una función en la audición, mientras que los otros se desempeñan en nuestro sentido del equilibrio. El oído interno está inmerso en un fluido viscoso llamado endolinfa cuando se encuentra en el laberinto membranoso y perilinfa cuando separa los laberintos óseo y membranoso. La cóclea (o caracol) es un conducto casi circular enrollado en espiral (de ahí su nombre) unas 2,75 veces sobre sí mismo, de unos 35 mm de largo y unos 1,5 mm de diámetro como promedio. El ducto coclear divide a la cóclea en dos secciones, la rampa vestibular y la rampa timpánica. Figura 02: Esquema del sistema auditivo periférico con la cóclea desenrollada
Figura 03: Corte de la cóclea
Figura 04: El órgano de Corti
Figura 05: La membrana basilar
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¿QUE ES EL CEREBRO?
EL CEREBRO
Para la Real Academia de La Lengua, cerebro significa: Uno de los centros nerviosos constitutivos del encéfalo, existente en todos los vertebrados y situado en la parte anterior y superior de la cavidad craneal.
De esta manera, podemos dilucidar, que el cerebro humano, es el motor o computadora central, del sistema nervioso central. De igual manera, controla el sistema nervioso periférico.
El cerebro humano, controla todas las actividades del cuerpo humano. Desde la digestión, respiración, los latidos del corazón, hasta los pensamientos más complejos, como el hecho de caminar y mover los brazos. Toda orden, ya sea automática (como con los latidos del corazón) a las voluntarias, como el caminar, salen y se procesan, por medio del cerebro humano.
Ninguna otra especie, ha llegado a tener un cerebro tan complejo, como el del ser humano. Es por lo mismo, que estamos por sobre toda la cadena alimenticia. Gracias al alto razonamiento que podemos llegar a tener. Esto, ya que los cerebros de los animales, comparten con el nuestro, el hecho de las funciones bajas o automáticas, como el de la respiración, etc. Pero nunca, las de alta capacidad, como el pensamiento abstracto o el razonamiento, el tener una memoria compleja, la inteligencia, tener opinión sobre un tema, etc. Esto se debe principalmente, ya que nuestro neocórtex, pieza más compleja de la corteza cerebral, es muchísima mayor, que la de los animales.
Asimismo, la cantidad de conexiones sinápticas, que nosotros tenemos en el cerebro humano, es de una proporción muchísimo mayor, que cualquier otra especie.
El cerebro humano, llega a consumir un 20% de la energía consumida, por un hombre adulto. En un menor, la proporción es mucho mayor, llegando a un 60%. Principalmente, ya que en aquella estación, el cerebro humano se está desarrollando, por lo que requiere naturalmente, una mayor cantidad de energía.
Por fuera, se puede observar la corteza cerebral. Dentro de ella se encuentra la materia gris del cerebro humano, la cual es apoyada por materia blanca en lo profundo del cerebro. Este mismo, está dividido por una grieta prominente, por lo mismo, es que siempre se habla del hemisferio izquierdo u derecho del cerebro humano. En la parte posterior del cerebro humano, se puede observar el cerebelo. Porción de éste, que ocupa una parte importante de la zona posterior. Para su protección, dentro del cráneo, el cerebro se encuentra suspendido, en el líquido cerebroespinal. Este líquido, sirve para que el cerebro humano, no se golpee fuertemente con las paredes del cráneo, en caso de ocurrir aquello. Por lo mismo, cuando existe un golpe demasiado fuerte en el cráneo, como un Traumatismo Encéfalo Craniano (TEC) Cerrado, puede aumentar peligrosamente la presión al interior del cráneo. Contrayendo las paredes del cerebro humano. Con lo cual, se pueden producir gravísimas lesiones nerviosas o incluso la muerte cerebral.
Hay unas cuantas ciencias que estudian el cerebro, pero entre las destacadas, podemos señalar a la neurología y la psiquiatría. La primera observa todo el proceso neurológico y biológico. Es ella, la indicada para diagnosticar, cualquier patología en el cerebro humano. Al igual que realizar alguna operación, si es que el caso lo amerita. Por otra parte, la psiquiatría, estudia las zonas intrincadas, del cerebro humano. Las emociones, los sentimientos, los miedos, todo aquello que puede llegar a perturbar la psiquis de una persona.
ENFERMEDADES DE LA VOZ
ENFERMEDADES QUE AFECTAN LA VOZ
Existen diversas enfermedades que, en cierto sentido, podrían afectar a nuestra voz, tanto de forma grave como no tanto.
Y es que todas aquellas enfermedades alérgicas en su conjunto, bacterianas o víricas pueden causar disfonías (alteración de una o más de las características acústicas de la voz, que son el timbre, la intensidad y la altura tonal) siempre y cuando afecten a la laringe.
Dentro de éstas, se podrían destacar algunas diversas: bronquitis, faringitis, alergias, amigdalitis, gota, gripe, sarampión, reumatismo, herpes, o laringitis aguda.
En cualquier caso, se hace necesario indicar que cualquier aparición de una afonía leve o simple disfonía no es en sí un riesgo, pues cuando una persona habla con voz habitual (o normal en sí), y en un momento dado aparece una citada disfonía, esta puede estar provocada, por ejemplo, por una gripe.
No obstante, ante una afonía que lleve presente más de 30 días de evolución (aproximadamente un mes), o disfonía, se debería acudir al médico.